El magnate australiano naturalizado estadounidense Rupert Murdoch ha cumplido este jueves 90 años de edad al mando de su imperio mediático, en medio de interrogantes respecto a su potencial sucesor y al futuro de sus polémicos medios, acusados de socavar a las democracias.
Tras vacunarse contra la covid-19, el actual presidente y consejero delegado de News y copresidente de Fox, quien ha pasado la mayor parte de la pandemia en Reino Unido junto a su cuarta esposa, Jerry Hall, se trasladó recientemente a Estados Unidos, donde celebrará su cumpleaños con la mayoría de sus seis hijos.
Lachlan, segundo de sus hijos y consejero delegado y presidente de Fox, entre otros altos cargos, se perfila como su sucesor, en medio de una lucha por el fideicomiso familiar y en donde ninguno de los hijos de Murdoch tiene control en solitario de las empresas, según el Australian Financial Review (AFR).
«Su sucesor será Lachlan, Murdoch siempre quiso dar su compañía a uno de sus hijos … Es una visión monarquista», dijo a Efe Rod Tiffen, profesor emérito de la Universidad de Sídney y autor del libro «Rupert Murdoch: A Reassessment (una revaloración)».
Pero este imperio, que en la era digital siente las pérdidas de ingresos en la prensa escrita, no será como antes, aunque mantendrá por algún tiempo la línea conservadora que le ha caracterizado, especialmente durante el mandato de Donald Trump en Estados Unidos.
Pero Tiffen señala que «unos años después de la muerte de Rupert, será interesante ver qué dirección toma el imperio», al que pertenece Fox News, una de las cadenas más vistas y más polémicas de Estados Unidos.
Murdoch comenzó a construir su imperio en 1952, con la muerte de su padre Keith, periodista y propietario del «Adelaide News y del «Sunday Mail», al hacerse cargo de la dirección de estos medios, antes de crecer hasta abarcar centenares de publicaciones.
Su fortuna de más de 13.000 millones de dólares (10.947 millones de euros) la amasó apoyado en sus tabloides (The Sun en Reino Unido y el Daily Telegraph en Australia), los diarios The Wall Street Journal y New York post en Estados Unidos, así como los canales Sky News y Fox News.
Anteriormente tuvo presencia en Asia, en donde News poseyó en la década de 1980 el 35 por ciento de acciones del South China Morning Post.
«Él tiene una larga carrera. Encabezó su empresa a la edad de 22 y cumple los 90 aún a la cabeza de la misma. Quizá sea un récord mundial: 68 años al mando de una empresa», enfatizó Tiffen, al destacar la venta en 2019 de la 21 Century Fox a Disney.
Esa transacción por 71.300 millones de dólares (60.029 millones de euros) dio paso a que el conglomerado cotizara ya en el mercado Nasdaq como una «empresa independiente» y se centrara en las noticias y los deportes.
«Este sea probablemente el gran último negocio de Rupert Murdoch. Implica que el imperio se reduzca, en lugar de expandirlo. Es claramente un acuerdo racional y bien ejecutado», explicó Tiffen.
El imperio de Murdoch no solo ha sido criticado por la frivolidad de sus tabloides, sino que también se ha visto teñido por escándalos de difamación y malas prácticas periodísticas, así como por su fuerte influencia en las democracias como las de Australia, en donde apoya a políticos conservadores y niega el cambio climático.
Pero el escándalo más sonado que pesa sobre Murdoch es el de News of the World, que tuvo que cerrar en 2011 tras ser el epicentro de las escuchas ilegales a famosos, políticos y miembros de la realeza británica para obtener exclusivas, que derivó en procesamientos y condenas.
Asimismo, en el gobierno de Trump, Murdoch tuvo acceso privilegiado a la Casa Blanca, algo que fue «único en la historia de la democracia de los países angloparlantes», comentó Tiffen al indicar que entonces «se bajaron los estándares (periodísticos) y se divulgaron noticias falsas Trumpianas sin verificar».
«En líneas generales el lado malo sobrepasa a lo bueno, especialmente en el último par de décadas», valoró Tiffen al poner a su favor el aporte en el periodismo australiano en la década de los sesenta y principios de los setenta o la revitalización de la televisión estadounidense, que después decayó.
También destacó que Murdoch «ha sido muy audaz en sus decisiones y ha tomado riesgos». «De alguna manera -añadió- es un visionario comercial».
En Australia, su país natal, el exprimer ministro Kevin Rudd lidera una campaña para que se investigue a los medios, en donde Murdoch apoya a los políticos conservadores y negacionistas del cambio climático y donde recientemente la ley que obliga a Google y Facebook a negociar un pago por la publicación de noticias a los medios locales, favorece a su imperio.