La Red Social anunció hace semanas un nuevo proyecto para crear una nueva versión de su aplicación centrada en los menores de 13 años, pero decenas de organizaciones ahora piden que pare. Hace 4 semanas llegaba la primera noticia al respecto. Facebook estaba preparando una versión light de Instagram con el objetivo de que los más pequeños pudiesen disfrutar también de esta plataforma sin los riesgos de la plataforma que incluye a los adultos. El límite del site en estos momentos está, por ley, en los 13 años, y la compañía de Mark Zuckerberg quiere explotar un público potencial que, según los propios gestores, desea estar en el mismo sitio que sus padres o familiares, pero necesitan un lugar ajustado a su edad y controlado por padres o tutores. Pero lo que empezó como una nueva idea interna para intentar rebajar la presión sobre su empresa por el riesgo que tiene para los menores que buscan colarse se ha convertido en la última batalla contra la Red Social.
Estos días el tema ha vuelto a primera plana después de que una coalición internacional de más de 100 defensores de la salud pública y la seguridad infantil instara a los directivos de Facebook a abandonar los planes de lanzar este proyecto. ¿Las razones? Según estos grupos, pondría a los usuarios jóvenes en un «gran riesgo». Desde su punto de vista, incluso quitando de sus feeds contenidos no apropiado para su edad, la propia red está creada y configurada de tal forma que su uso puede ser igualmente perjudicial para los niños. «Instagram, en particular, explota el miedo de los jóvenes a perderse algo y el deseo de obtener la aprobación de sus compañeros para alentar a los niños y adolescentes a revisar constantemente sus dispositivos y compartir fotos con sus seguidores», explican en la carta publicada.
Lo cierto es que aunque ahora se ha puesto el foco sobre este último movimiento, Instagram no es la primera red que busca algo similar, y el tema de cómo gestionar el caso de los menores es algo recurrente entre las redes sociales. Otros como YouTube también han lanzado versiones para niños, e incluso el propio Facebook lo intentó (aunque acabó parando el proyecto tras las quejas) con un Messenger Kids. Y esta nueva batalla entre defensores de la seguridad infantil y los gestores de las plataformas no tiene pinta de tener una solución sencilla.
Por un lado, Facebook, después de haber recibido las críticas de los expertos, asegura que su idea es justo dar un espacio seguro a unos menores que estar en sus plataformas y que podrían acabar mintiendo para entrar en el sitio para adultos. Por el otro está la idea de que el problema de las redes ya no solo se queda en el tipo de contenido que muestran, sino en su estructura y su funcionamiento. Pero, ¿cuál es la mejor opción? La guerra está abierta.
La portavoz de Instagram Stephanie Otway, ha asegurado a medios como la NBC que están de acuerdo «en que cualquier experiencia que desarrollemos debe priorizar su seguridad y privacidad, y consultaremos con expertos en desarrollo infantil, seguridad y salud mental infantil y defensores de la privacidad para informarlo». Pero dejaba un apunte claro. «La realidad es que los niños están en línea. Quieren conectarse con sus familiares y amigos, divertirse y aprender, y queremos ayudarlos a hacerlo de una manera segura y apropiada para su edad. También queremos encontrar soluciones prácticas al problema actual de la industria de los niños que mienten sobre su edad para acceder a las aplicaciones».
A lo que los especialistas responden que abrir un espacio light, como ocurría en las discotecas, no es una solución. «Lanzar una versión de Instagram para niños menores de 13 años no es el remedio adecuado y pondría a los usuarios jóvenes en un gran riesgo», dice la carta. Su idea es que los niños que mienten sobre sus edades para unirse a la plataforma principal de Instagram, por lo general de 10 a 12 años, no migrarían a una versión para niños porque lo percibirían como infantil por lo que esta acción no tendría ningún éxito. «Los niños a los que esto atraerá serán niños mucho más pequeños», aseguran. «Por lo tanto, no están cambiando una versión insegura de Instagram por una versión más segura. Están creando una nueva demanda de una nueva audiencia que no está lista para ningún tipo de producto de Instagram».
Uno de los aspectos más llamativos del debate pasa por esa idea de los defensores de la seguridad infantil de que el problema no es tanto el contenido que uno pueda encontrar en una red, sino que su acción va mucho más allá. Hablan de problemas generados por su configuración que busca la consulta masiva y continua o la importancia que dan a la imagen redes como Instagram. Facebook ha asegurado que Instagram Kids estaría libre de publicidad y contaría con controles parentales, pero la queja de los críticos va más allá. «El enfoque de Instagram en el intercambio de fotos y la apariencia hace que la plataforma sea particularmente inadecuada para los niños que se encuentran en medio de etapas cruciales para desarrollar su sentido de sí mismos», dice la carta. «Los niños y los adolescentes (especialmente las niñas) han aprendido a asociar que las fotos de ellos mismos más sexualizadas y editadas generan más atención en la plataforma y popularidad entre sus compañeros», señalan.