Entrega de los Premios Internacionales de Periodismo de ABC
En el cuarenta bis de Josefa Valcárcel, sede de Vocento, los Reyes han presidido los Premios Internacionales de Periodismo de ABC, la triada del Mariano de Cavia, el Luca de Tena y el Mingote, un linaje al que se incorporaron el ‘escritor de periódicos’ Javier Cercas, el corresponsal y leyenda viva del periodismo José María Carrascal y el ilustrador Ricardo Martínez Ortega, laureado por su viñeta del 14 de febrero de 2020 publicada en ‘El Mundo’ y en la que un ciudadano desafía al coronavirus como si los tanques de la plaza de Tiananmen se tratara.
Si la pandemia marcó el centenario de los Cavia en el año del contagio, en este 2021 lo hizo el anuncio de los indultos a los nueve condenados por el procés, noticia del día, conocida pocas horas antes de la ceremonia, y por eso mismo un tema que viajó de mesa en mesa y dominó los corrillos.
Ni siquiera los representantes del Ejecutivo que asistieron a la ceremonia consiguieron sortear el tema ‘indepe’: desde el ministro de Cultura y Deportes, José Manuel Rodríguez Uribes, que con optimismo estreñido lamentó que el anuncio de su anteproyecto de reforma de la ley de patrimonio coincidiera con la noticia, hasta Margarita Robles, que no se quedó a la cena y se marchó al acabar el discurso del Rey. La responsable de Defensa ni siquiera tuvo tiempo de saludar al pintor de batallas, Augusto Ferrer-Dalmau, que tantas veces ha puesto imágenes a la labor de las Fuerzas Armadas Españolas.
La de estos Cavias fue la primera intervención del Monarca tras el Consejo de Ministros que conmutó la pena a los conjurados. Para más inri, la fiscal Dolores Delgado canceló en el último minuto.
Destacado en su valentía por el jurado, Javier Cercas escrutó la realidad sin desperdiciar una coma, a lo Dreyfus contra el antisemitismo, tan decimonónico como el nacionalismo actual. Su alocución giró desde la política a la vida familiar, tantas veces afectada por sus tomas de posición pública en los periódicos, incluido el reciente linchamiento por su aparición en TV3, a manos de los del ‘arrepiéntete y cree en la posverdad que transforma sediciosos en próceres’. Por ello dedicó a su familia el premio como desagravio por su solidaridad, la única reparación que le importa al escritor.
Fue relevado en el turno de palabra por el maestro Carrascal, este año premio Luca de Tena y el único Mariano de Cavia en ser felicitado por un presidente de los Estados Unidos, en su caso fue Ronald Reagan en 1986, tal y como recordó el presidente de Vocento, Ignacio Ybarra, en sus palabras de bienvenida. El columnista, entrevistador y corresponsal en Nueva York, estuvo arropado por Soledad Luca de Tena, quien lo acompañó con un doble brindis: por el premio y por la cabecera centenaria fundada por su familia. «Estáis haciendo un buen periódico», le hizo saber a la columnista Rosa Belmonte sobre la gestión de Julián Quirós al timón de ABC.
En la misma mesa estaba el alcalde de Madrid José Luis Martínez-Almeida, quien tirando de humor destacó que, además de a los independentistas, Sánchez había aprovechado para indultar los tapabocas -las mascarillas- y aunque el presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), Juan Caño, le insistió sobre la posibilidad de envolver la puerta de Alcalá en papel periódico por el centenario de la asociación, el regidor se alejó embozado en su barbijo chulapo.
A los 131 invitados de la noche se sumaron cuatro directores de ‘El Mundo’ -desde Francisco Rosell hasta un Pedro J. Ramírez que no paró de conversar con Esther Alcocer– y cuatro del ABC, entre ellos Bieito Rubido, sentado entre Gabriel Albiac, el columnista Pedro García Cuartango y un Darío Villanueva que no se mordió la lengua y presumió de quinta edición de su libro contra los fundamentalismos identitarios y lingüísticos.
Siempre elegante, su sucesor al frente de la RAE, se prodigó en las glosas a los premiados reconocidos por un jurado integrado por los directores de ‘La Vanguardia’, Jordi Juan; ‘El País’, Javier Moreno, o Francisco Rosell, que continúa al frente del rotativo de la avenida de San Luis, así como Ángel Ortiz, José Miguel Santamaría y Julián Quirós, máximos responsables de ‘El Norte de Castilla’, ‘El Correo’ y ABC.
En una semana coronada por las espinas de los indultos, la ceremonia de los Cavia se cerró con el tradicional brindis «¡Por el Rey!», pronunciado por el presidente del grupo y que arrancó un largo aplauso de los asistentes y un «¡Viva España!» de algún comensal. La ovación recordó a la que apenas unos minutos antes había cosechado Carrascal, quien con humildad e ironía deseó a los asistentes una buena noche porque su capacidad profética no daba para más.
Fue una noche en la que el periodismo volvió a reivindicarse. Algunos invitados del mundo cultural, en un corrillo formado por Garci, Luis Alberto de Cuenca, Oti Rodríguez Marchante, entre otros, señalaron la primicia del Siglo de Oro firmada hace unos días por Jesús García Calero, que confirma la participación de Lope de Vega, arcabuz en mano, en la Armada Invencible.
La noche, más corta que de costumbre por las restricciones que impone la pandemia, fue una reivindicación del periodismo libre. Estaba el pensamiento y el sosiego de Antonio Garrigues y el saber estar de Ana Pastor, que dedicó elogiosas palabras para Cercas, el Cavia cierto, quien blandió la verdad de la literatura en la era del relato y no precisamente uno como el del Ala Oeste, aunque Iván Redondo haga méritos por imitar a Sorkin.