Twitter revisa sus dinámicas para incentivar la participación de sus usuarios

 

En los últimos días Twitter ha lanzado en pruebas diferentes funcionalidades que tantean los límites de su esquema clásico de funcionamiento. Esas medidas tienen como objetivo incentivar la actividad de los usuarios y el interés de quienes no lo son, y se basan en conseguir conversaciones relevantes dotadas de contexto, controlar de forma eficaz la audiencia directa o detectar qué perfiles son manejados por personas y cuáles son bots, entre otras cosas. Todo eso redunda en mejorar el bienestar y la seguridad de quienes utilizan la plataforma.

 

De entre esos cambios propuestos el de las Comunidades es el más relevante, ya que incide directamente en la forma en la que se puede usar Twitter en un futuro. Se basa en formar parte de grupos concretos de interés cuyos miembros serían los únicos habilitados para interactuar sobre las publicaciones que se realicen, que en todo caso serán visibles para cualquiera. Además contarán con moderadores para fijar la normativa interna, evitar abusos y controlar el acceso. De momento su creación está restringida pero se abrirá en los próximos meses.

 

Esa funcionalidad incorpora a Twitter una mezcla entre los grupos de Facebook y los subforos de Reddit como intento de atraer y retener usuarios que no encuentren valor suficiente en la plataforma con su funcionamiento clásico. Esto es frecuente entre personas que no han sabido hallar cuentas interesantes que seguir o tuits que aporten algo relevante sobre los temas que les importan. La mayor aproximación para crear comunidades de intereses en Twitter en la actualidad son las etiquetas, cuyo problema básico es el ruido a la hora de participar en conversaciones u obtener valor de ellas.

 

La plataforma está probando nuevas funcionalidades que van más allá de su oferta clásica de cara a incrementar la actividad de los usuarios y el interés de los que no lo son.

 

El esquema de las comunidades aporta una seguridad extra que Twitter quiere reforzar igualmente dando un control más sencillo a los usuarios sobre las personas que les siguen. Hasta la fecha, para eliminar un follower indeseado había que bloquearlo, lo que por otra parte podía dar a la plataforma información inadecuada sobre su conducta. Ahora está en pruebas la posibilidad de hacerlo con una funcionalidad propia.

 

Eso puede ser especialmente interesante cuando cuentas automatizadas empiezan a seguir a otras por el uso de palabras determinadas o a modo de señalamiento para lanzar spam. Twitter ha diferenciado desde hace años entre los automatismos que resultan útiles a los usuarios y los que se programan con fines torticeros, como puede ser la desinformación o el intento de aparentar mayor volumen en conversaciones que puedan conducir a tendencias generales. Pero hasta ahora no ha hecho mucho al respecto.

 

Eso cambia en parte al habilitar etiquetas para bots con funciones apreciadas, de forma que se puedan identificar fácilmente con ese nuevo tipo de verificación. Y puede ser el primer paso para que Twitter obligue en el futuro a todos los desarrolladores a indicar qué cuentas están operadas automáticamente.

 

Todas estas mejoras forman parte de un plan acelerado de desarrollos que Twitter ha puesto en marcha con el objetivo de alcanzar los 315 millones de usuarios a finales de 2023, fecha en la que aspira a duplicar ingresos hasta los 7.500 millones de dólares. Las publicaciones efímeras en base al formato de historias o fleets ya no forman parte de ese plan por falta de uso.

 
 
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