Más de 80 verificadores reclaman a YouTube mayores esfuerzos en la lucha contra la desinformación YouTube es uno de los principales conductos globales de desinformación en internet, especialmente en el contexto de la pandemia, y no hace lo suficiente para remediar esa situación. Ese es el resumen de la carta abierta que más de 80 proyectos de verificación de alrededor de 60 países han dirigido a su consejera delegada, Susan Wojcicki. Todos ellos le reclaman una hoja de ruta concreta para implementar mejoras que reduzcan la difusión de información falsa o incorrecta y le sugieren hasta cuatro iniciativas que podrían ser útiles para alcanzar ese objetivo. En primer lugar le proponen un ejercicio importante de transparencia que incluya una política de moderación exhaustiva y facilidades a investigadores independientes que estudien el origen de esas campañas, así como las formas más adecuadas de reducir su impacto; también plantean la necesidad de que proporcione contexto y añada verificaciones en los vídeos; le piden que actúe de forma drástica contra quienes sean detectados habitualmente en esas prácticas y les impida monetizar contenidos, además de restringir su promoción; y por último creen necesario que expanda los esfuerzos más allá del inglés. Las organizaciones reclaman una hoja de ruta con mejoras y sugieren hasta cuatro iniciativas para reducir el caudal de información falsa en esa plataforma. Este último punto es clave, ya que los firmantes concluyen que aquellos países con otras lenguas son especialmente vulnerables a acciones desinformativas. La propia plataforma indica que la mayor parte de estados en los que borra más vídeos son precisamente no angloparlantes, como India, Brasil o Vietnam. Y el escrito repasa ejemplos de información falsa con diversas consecuencias en lugares como Filipinas o Taiwán, pero también en España. Esos mensajes se centran sobre todo en falsedades en torno a las vacunas contra el coronavirus e intentos de manipulación electoral. Esos dos escenarios han generado campañas conspiranoicas de todo tipo que convergen en el ejemplo de EEUU. Allí el resultado de las elecciones perdidas por Donald Trump ha sido cuestionado en vídeos con millones de visualizaciones y el índice de vacunación contra el COVID-19 es muy bajo en comparación con otros países occidentales. La situación es algo mejor en la Unión Europea, aunque la vicepresidenta Vera Jourová declaró en mayo del año pasado que el Código de Buenas Prácticas Contra la Desinformación elaborado en 2018 requería una revisión para incrementar el nivel de exigencia sobre las plataformas. Entre las organizaciones que firman esta carta abierta hay tres españolas: Maldita, Newtral y Verificat. Enlace a la fuente original
YouTube es uno de los principales conductos globales de desinformación en internet, especialmente en el contexto de la pandemia, y no hace lo suficiente para remediar esa situación. Ese es el resumen de la carta abierta que más de 80 proyectos de verificación de alrededor de 60 países han dirigido a su consejera delegada, Susan Wojcicki. Todos ellos le reclaman una hoja de ruta concreta para implementar mejoras que reduzcan la difusión de información falsa o incorrecta y le sugieren hasta cuatro iniciativas que podrían ser útiles para alcanzar ese objetivo. En primer lugar le proponen un ejercicio importante de transparencia que incluya una política de moderación exhaustiva y facilidades a investigadores independientes que estudien el origen de esas campañas, así como las formas más adecuadas de reducir su impacto; también plantean la necesidad de que proporcione contexto y añada verificaciones en los vídeos; le piden que actúe de forma drástica contra quienes sean detectados habitualmente en esas prácticas y les impida monetizar contenidos, además de restringir su promoción; y por último creen necesario que expanda los esfuerzos más allá del inglés. Las organizaciones reclaman una hoja de ruta con mejoras y sugieren hasta cuatro iniciativas para reducir el caudal de información falsa en esa plataforma. Este último punto es clave, ya que los firmantes concluyen que aquellos países con otras lenguas son especialmente vulnerables a acciones desinformativas. La propia plataforma indica que la mayor parte de estados en los que borra más vídeos son precisamente no angloparlantes, como India, Brasil o Vietnam. Y el escrito repasa ejemplos de información falsa con diversas consecuencias en lugares como Filipinas o Taiwán, pero también en España. Esos mensajes se centran sobre todo en falsedades en torno a las vacunas contra el coronavirus e intentos de manipulación electoral. Esos dos escenarios han generado campañas conspiranoicas de todo tipo que convergen en el ejemplo de EEUU. Allí el resultado de las elecciones perdidas por Donald Trump ha sido cuestionado en vídeos con millones de visualizaciones y el índice de vacunación contra el COVID-19 es muy bajo en comparación con otros países occidentales. La situación es algo mejor en la Unión Europea, aunque la vicepresidenta Vera Jourová declaró en mayo del año pasado que el Código de Buenas Prácticas Contra la Desinformación elaborado en 2018 requería una revisión para incrementar el nivel de exigencia sobre las plataformas. Entre las organizaciones que firman esta carta abierta hay tres españolas: Maldita, Newtral y Verificat. Enlace a la fuente original