«Es el fin de una era», escribió el pasado miércoles en su cuenta de Facebook Mark Zuckerberg, el cofundador de la red social y ahora consejero delegado del gigante tecnológico bajo el que se engloba, Meta. Era poco después de que Sheryl Sandberg, la directora de operaciones y ‘número dos’ de la compañía, anunciara que abandonaba el barco. Su sustituto será Javier Oliván, un español que estaba ya en la cúpula de Meta como director de crecimiento, y que ahora se coloca en la cúspide del gigante de Silicon Valley.
«Hoy anuncio que después de 14 años dejo Meta», escribió Sandberg en sus cuentas de Facebook y Instagram, dos de las redes sociales que están bajo el paraguas de Meta.
Sandberg llegó a la compañía cuando Facebook en 2008, cuando todavía era una ‘start up’ y cuatro años antes de que saliera a bolsa.
Llegaba después de montar el negocio publicitario de Google y Zuckerberg buscaba que consiguiera lo mismo: convertir una red social para entonces ya muy popular en una máquina de hacer dinero.
«Sheryl montó la arquitectura de nuestro negocio de anuncios, contrató a grandes empleados, forjó nuestra cultura de gestión y me enseñó cómo dirigir una compañía», explicó Zuckerberg en su comunicado. «Merece reconocimiento por lo que Meta es hoy».
Oliván, nacido en Sabiñánigo (Huesca) en 1977, ha sido responsable hasta ahora de dirigir los productos y las funciones centrales de las cuatro grandes patas de Meta: Facebook, Messenger, Instagram y WhatsApp.
Zuckerberg fue quien anunció que será el quien sustituya a Sandberg como nuevo director de operaciones, y que «liderará nuestros productos integrados de anuncios y negocio, además de seguir al mando de los equipos de infraestructura, integridad, analítica, marketing, desarrollo corporativo y crecimiento».
El máximo dirigente de Meta aclaró que el papel de Oliván -al que llama ‘Javi’- será «diferente» al de Sandberg, «más tradicional de director de operaciones», y alabó su capacidad de hacer a la compañía «más eficiente y rigurosa».
Oliván es un veterano de la compañía, donde ingresó en 2007 -antes que la propia Sandberg- tras formarse como ingeniero en la Universidad de Navarra y en un MBA en la Universidad de Stanford. Antes de su desembarco en Facebook, pasó por Siemens.
En su comunicado, Sandberg dejó su futuro en el aire. Aseguró que el trabajo frenético en Facebook no le ha dejado tiempo para otras cosas en estos 14 años y que, de momento, se centrará en sus labores filantrópicas y en su fundación, Lean Inn. También en labores personales, como su boda este verano con Tom Bernthal, un productor televisivo.
Su labor en Facebook coronó a Sandberg como una de las mujeres más poderosas de Silicon Valley, convertida en un modelo para la conciliación familiar y el éxito profesional (tiene dos hijos), después de haber liderado la etapa de mayor crecimiento de la red social. Pero Sandberg deja Meta en un momento complicado para la compañía. En los últimos años, se han cuestionado las políticas de privacidad de la compañía, la política de control de contenido -desde la presencia de comportamientos abusivos al veto a Donald Trump- o el papel de la red social en ahondar las división política y amplificar la desinformación.
«¿Lo hemos hecho todo bien? Por supuesto que no», escribió en su comunicado. «¿Hemos aprendido, escuchado, crecido e invertido donde se necesita? Este equipo lo ha hecho y lo hará», añadió.
La ejecutiva también se va en un momento de creciente competencia de otras redes sociales -como TikTok- y de transformación de la compañía hacia el ‘metaverso’, dentro de la visión que abraza Zuckerberg sobre el futuro de las redes sociales y su integración con la experiencia humana.