Palabra del Año 2024 de Oxford: Brain rot Estás tomando algo con un grupo de amigos y alguien está utilizando constantemente términos como “NPC», “very demure”, “girl dinner” o «cheugy» en su conversación. Es posible que esa persona sufra el denominado “brain rot”, que de manera literal se traduce como “cerebro podrido” y que designa el impacto que el consumo excesivo de temas, personajes o actividades relacionadas con el contenido online puede causar tanto en la cultura como en las capacidades cognitivas. “Brain rot” alude al impacto del consumo excesivo de contenido trivial “Brain rot” es un término presente en el argot de internet desde hace años, pero ha ganado presencia en los últimos meses a raíz de que los usuarios de TikTok lo hayan descubierto y popularizado. Se está empleando para identificar a todas aquellas personas cuyos hábitos de consumo de contenido digital están afectando a su forma de pensar, hablar y comportarse. El fenómeno “brain rot” no se limita únicamente al comportamiento de consumir mucho contenido en redes sociales y plataformas digitales, sino que implica también el efecto de este hábito en la definición de la personalidad y la mentalidad de los individuos. “El hecho de que el internet pueda infiltrarse tanto en nuestro cerebro que la gente ni siquiera tenga control sobre lo que dice, me parece una locura”, comentaba un usuario hace unos meses al compartir su experiencia. El término se ha popularizado tanto que Oxford lo ha elegido como Palabra del Año 2024. Lo define como “supuesto deterioro del estado mental o intelectual de una persona, especialmente si se considera como resultado del consumo excesivo de material (ahora en particular contenido en línea) considerado trivial o poco estimulante”. Según detallan, el concepto ha incrementado su frecuencia de uso en un 230% entre 2023 y 2024. No obstante, la primera vez que se registró el uso de la palabra fue en 1854, en la novela “Walden” de Henry David Thoreau. El término ha resultado ganador tras recibir más de 37.000 votos, superando a las palabras “demure”, “dynamic pricing”, “lore”; “romantasy” o “slop”. Causas y síntomas del brain rot Los síntomas del «brain rot» son variados y pueden afectar en diversos niveles cognitivos. Incluyen desde la dificultad para mantener conversaciones sin hacer referencias constantes a contenido de internet, especialmente TikTok, hasta una disminución en la capacidad de concentración en tareas que requieren atención prolongada y pérdida de memoria. El fenómeno ha captado la atención de la comunidad científica que, entre otras cosas, apunta a la fatiga mental y la disminución de capacidades como síntomas. Y es que aspectos destacados de la comunicación actual, como pueden ser el contenido efímero, el scroll infinito o la gratificación instantánea pueden estar impactando en la plasticidad neuronal, permitiéndonos procesar información a mayor velocidad, pero causando un detrimento en la concentración o la reflexión profunda. También puede afectar a nivel emocional, ya que algunos usuarios expresan sentirse “vacíos” tras largas sesiones de consumo de contenido, o experimentar frustración o agresividad si pasan largos periodos en ausencia de contenido. Además, las relaciones sociales pueden verse afectadas a consecuencia de la reducción de las capacidades cognitivas, limitando las conexiones emocionales. Entre las causas se encuentran distintos factores. Principalmente, el tiempo excesivo frente a la pantalla; la configuración de los algoritmos para brindar contenido de interés; o la búsqueda constante de aprobación y dopamina en los likes y comentarios. El “FOMO” o miedo a quedarse fuera de la actualidad también llevan a los usuarios a permanecer mucho tiempo conectados. El brain rot como tendencia Pero conviene señalar que el “brain rot” no sólo en un problema individual, sino también social. En su intento por destacar entre la multitud de opciones de entretenimiento actuales y captar el interés de las audiencias, la industria del marketing puede ser cómplice de la situación. Marcas y agencias se suman a las tendencias de TikTok, apalancándose en su lenguaje y tipos de contenidos, y contribuyendo a instaurar una nueva forma de comunicar que está dando forma a la cultura contemporánea. Irónicamente, el concepto “brain rot” se ha convertido en una tendencia de contenido dentro de TikTok. En la plataforma abundan los vídeos estilo “test” que pretenden ayudar a determinar si se padece esta condición; o aquellos que, desde la sátira, abordan con humor el fenómeno. Los hashtags #Brainrot o #brainrotmemes acumulan millones de reproducciones. Destaca especialmente el contenido generado por la creadora Heidi Becker, que se ha popularizado en las últimas semanas a raíz de unos vídeos en los que expresa, a gran velocidad, algunos de los términos más empleados en la plataforma. Sus vídeos, aunque irónicos, ponen sobre la mesa el impacto de la manera de consumir y hablar en TikTok están teniendo en la vida real. Una de sus publicaciones recientes supera los 9 millones de reproducciones. La lucha contra el brain rot también es tendencia Con todo, la expansión del concepto «brain rot» puede entrañar una oportunidad para repensar nuestra relación con la tecnología y el contenido digital. Desde Calm, la aplicación dedicada a meditación, sueño y bienestar mental, ofrecen una serie de consejos específicos para combatir el “brain rot” y lograr que el exceso de tiempo el redes sociales convierta en un problema real. Así, aconsejan poner en marcha una serie de medidas: Reducir el tiempo ante las pantallas: mediante funcionalidades de control de consumo Curar el feed: seguir cuentas que aporten contenido de valor y que sea estimulante o, en su defecto, silenciar aquellas que puedan generar ansiedad Participar en actividades que estimulen la mente: leer, aprender una habilidad, hacer crucigramas, tocar un instrumento etc. Practicar ejercicio físico con regularidad y mantener una dieta equilibrada: el deporte mejora el flujo sanguïneo al cerebro, la motivación y la concentración Planificar la rutina: buscar el equilibrio entre trabajo, ocio y socialización Meditar con constancia: ayuda a mejorar la atención y reducir la ansiedad Consumo consciente de los medios: establecer un tiempo máximo para pasar navegando por internet y en las redes sociales Buscar apoyo: en caso de ser consciente de padecer “brainr ot”o adicción a internet, conviene buscar la ayuda de un especialista Junto al término “brain rot” y el contenido que satiriza sobre la condición, también se ha popularizado el contenido que busca ofrecer recomendaciones, consejos y rutinas para combatirlo. Muchos usuarios comparten su experiencia en vídeos en los que explican cómo tratan de instaurar rutinas más saludables y basadas en el consumo consciente. El fenómeno “brain rot” es una muestra más del poder de las redes sociales para moldear, no sólo la cultura popular, sino también el imaginario individual. Es también un reflejo de los múltiples desafíos que plantea esta era de la comunicación y la información, en la que la capacidad de desarrollar pensamiento crítico, al tiempo que se mantiene la conexión y se cultiva la sabiduría, es cada vez más relevante. Enlace a la fuente original
Palabra del Año 2024 de Oxford: Brain rot Estás tomando algo con un grupo de amigos y alguien está utilizando constantemente términos como “NPC», “very demure”, “girl dinner” o «cheugy» en su conversación. Es posible que esa persona sufra el denominado “brain rot”, que de manera literal se traduce como “cerebro podrido” y que designa el impacto que el consumo excesivo de temas, personajes o actividades relacionadas con el contenido online puede causar tanto en la cultura como en las capacidades cognitivas. “Brain rot” alude al impacto del consumo excesivo de contenido trivial “Brain rot” es un término presente en el argot de internet desde hace años, pero ha ganado presencia en los últimos meses a raíz de que los usuarios de TikTok lo hayan descubierto y popularizado. Se está empleando para identificar a todas aquellas personas cuyos hábitos de consumo de contenido digital están afectando a su forma de pensar, hablar y comportarse. El fenómeno “brain rot” no se limita únicamente al comportamiento de consumir mucho contenido en redes sociales y plataformas digitales, sino que implica también el efecto de este hábito en la definición de la personalidad y la mentalidad de los individuos. “El hecho de que el internet pueda infiltrarse tanto en nuestro cerebro que la gente ni siquiera tenga control sobre lo que dice, me parece una locura”, comentaba un usuario hace unos meses al compartir su experiencia. El término se ha popularizado tanto que Oxford lo ha elegido como Palabra del Año 2024. Lo define como “supuesto deterioro del estado mental o intelectual de una persona, especialmente si se considera como resultado del consumo excesivo de material (ahora en particular contenido en línea) considerado trivial o poco estimulante”. Según detallan, el concepto ha incrementado su frecuencia de uso en un 230% entre 2023 y 2024. No obstante, la primera vez que se registró el uso de la palabra fue en 1854, en la novela “Walden” de Henry David Thoreau. El término ha resultado ganador tras recibir más de 37.000 votos, superando a las palabras “demure”, “dynamic pricing”, “lore”; “romantasy” o “slop”. Causas y síntomas del brain rot Los síntomas del «brain rot» son variados y pueden afectar en diversos niveles cognitivos. Incluyen desde la dificultad para mantener conversaciones sin hacer referencias constantes a contenido de internet, especialmente TikTok, hasta una disminución en la capacidad de concentración en tareas que requieren atención prolongada y pérdida de memoria. El fenómeno ha captado la atención de la comunidad científica que, entre otras cosas, apunta a la fatiga mental y la disminución de capacidades como síntomas. Y es que aspectos destacados de la comunicación actual, como pueden ser el contenido efímero, el scroll infinito o la gratificación instantánea pueden estar impactando en la plasticidad neuronal, permitiéndonos procesar información a mayor velocidad, pero causando un detrimento en la concentración o la reflexión profunda. También puede afectar a nivel emocional, ya que algunos usuarios expresan sentirse “vacíos” tras largas sesiones de consumo de contenido, o experimentar frustración o agresividad si pasan largos periodos en ausencia de contenido. Además, las relaciones sociales pueden verse afectadas a consecuencia de la reducción de las capacidades cognitivas, limitando las conexiones emocionales. Entre las causas se encuentran distintos factores. Principalmente, el tiempo excesivo frente a la pantalla; la configuración de los algoritmos para brindar contenido de interés; o la búsqueda constante de aprobación y dopamina en los likes y comentarios. El “FOMO” o miedo a quedarse fuera de la actualidad también llevan a los usuarios a permanecer mucho tiempo conectados. El brain rot como tendencia Pero conviene señalar que el “brain rot” no sólo en un problema individual, sino también social. En su intento por destacar entre la multitud de opciones de entretenimiento actuales y captar el interés de las audiencias, la industria del marketing puede ser cómplice de la situación. Marcas y agencias se suman a las tendencias de TikTok, apalancándose en su lenguaje y tipos de contenidos, y contribuyendo a instaurar una nueva forma de comunicar que está dando forma a la cultura contemporánea. Irónicamente, el concepto “brain rot” se ha convertido en una tendencia de contenido dentro de TikTok. En la plataforma abundan los vídeos estilo “test” que pretenden ayudar a determinar si se padece esta condición; o aquellos que, desde la sátira, abordan con humor el fenómeno. Los hashtags #Brainrot o #brainrotmemes acumulan millones de reproducciones. Destaca especialmente el contenido generado por la creadora Heidi Becker, que se ha popularizado en las últimas semanas a raíz de unos vídeos en los que expresa, a gran velocidad, algunos de los términos más empleados en la plataforma. Sus vídeos, aunque irónicos, ponen sobre la mesa el impacto de la manera de consumir y hablar en TikTok están teniendo en la vida real. Una de sus publicaciones recientes supera los 9 millones de reproducciones. La lucha contra el brain rot también es tendencia Con todo, la expansión del concepto «brain rot» puede entrañar una oportunidad para repensar nuestra relación con la tecnología y el contenido digital. Desde Calm, la aplicación dedicada a meditación, sueño y bienestar mental, ofrecen una serie de consejos específicos para combatir el “brain rot” y lograr que el exceso de tiempo el redes sociales convierta en un problema real. Así, aconsejan poner en marcha una serie de medidas: Reducir el tiempo ante las pantallas: mediante funcionalidades de control de consumo Curar el feed: seguir cuentas que aporten contenido de valor y que sea estimulante o, en su defecto, silenciar aquellas que puedan generar ansiedad Participar en actividades que estimulen la mente: leer, aprender una habilidad, hacer crucigramas, tocar un instrumento etc. Practicar ejercicio físico con regularidad y mantener una dieta equilibrada: el deporte mejora el flujo sanguïneo al cerebro, la motivación y la concentración Planificar la rutina: buscar el equilibrio entre trabajo, ocio y socialización Meditar con constancia: ayuda a mejorar la atención y reducir la ansiedad Consumo consciente de los medios: establecer un tiempo máximo para pasar navegando por internet y en las redes sociales Buscar apoyo: en caso de ser consciente de padecer “brainr ot”o adicción a internet, conviene buscar la ayuda de un especialista Junto al término “brain rot” y el contenido que satiriza sobre la condición, también se ha popularizado el contenido que busca ofrecer recomendaciones, consejos y rutinas para combatirlo. Muchos usuarios comparten su experiencia en vídeos en los que explican cómo tratan de instaurar rutinas más saludables y basadas en el consumo consciente. El fenómeno “brain rot” es una muestra más del poder de las redes sociales para moldear, no sólo la cultura popular, sino también el imaginario individual. Es también un reflejo de los múltiples desafíos que plantea esta era de la comunicación y la información, en la que la capacidad de desarrollar pensamiento crítico, al tiempo que se mantiene la conexión y se cultiva la sabiduría, es cada vez más relevante. Enlace a la fuente original