La secuela de Avatar estropea los proyectores de las salas de cine

Avatar: El sentido del agua, el faraónico proyecto cinematográfico de James Cameron, está teniendo una excelente acogida en las salas de cine a lo largo y ancho de todo el globo. De acuerdo con Variety, la esperada secuela de Avatar ha cosechado ya la friolera de 555,9 millones de dólares cinco días después de su estreno en la gran pantalla. Solo siete filmes recaudaron más de 500 millones de dólares en lo que llevamos de año.

 

Todo hace prever que Avatar: El sentido del agua rebasará la barrera de los mil millones de dólares antes de que finalice el año. Sin embargo, parece que el nuevo largometraje de James Cameron no logrará reeditar el éxito de su predecesora, que tiene la vitola de ser la película más taquillera de la historia (y mantendrá al parecer este insigne título).

 

En 2009 el primer filme de Avatar ingresó alrededor de 3.400 millones de dólares en taquilla. Según el propio James Cameron, Avatar: El sentido del agua, la secuela necesitará recaudar al menos 2.000 millones de dólares para ser rentable. Sin embargo, eso será solo posible si los pases en las salas de cine transcurren sin problemas (que no es siempre el caso).

 

Varias salas de cine en Japón han experimentado problemas con la complejísima tecnología agazapada en la película, que se proyecta a 48 fotogramas por segundo y no a 24 fotogramas por segundo (que es lo habitual).

 

James Cameron asegura que esta tecnología hace la proyección del filme dos veces más fluida sin hacer añicos la óptica tradicional del séptimo arte. Tal y como publica Engadget, varios cines nipones están reportando problemas con la proyección del filme y algunos de sus proyectores se han roto como consecuencia de su exigente tecnología HFR (High Frame Rate).

 

De hecho, una de las salas de cine afectadas tuvo que reducir la proyección de los 48 a los 24 fotogramas por segundo para poder emitir la película hasta el final. Además, algunos espectadores se han quejado asimismo de problemas durante la proyección del filme y han exigido a las salas de cine que les reembolsen al menos parcialmente el precio de la entrada.

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