Colegios y asociaciones de periodistas reavivan la batalla sobre la colegiación obligatoria Las organizaciones de periodistas de España vuelven a exhibir sus diferencias sobre el modo en el que debe vehicularse la representación sectorial. Colegios y asociaciones reavivan esta larga batalla, después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, abriera la puerta a una posible colegiación obligatoria de los periodistas para “evitar el intrusismo” y luchar contra la desinformación, en una entrevista de hace unos días a El País. España cuenta con casi setenta asociaciones, integradas en la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), organización con más de cien años de historia. Las asociaciones empezaron a convivir con los colegios a partir de 1985, año en el que se constituye el primero, el Col·legi de Periodistes de Catalunya, hasta alcanzar la decena de corporaciones, que a diferencia de las asociaciones, se rigen por derecho público. La anomalía sectorial se produce cuando algunas comunidades autónomas albergan diversas organizaciones, brindando mismas funciones, con distintas demarcaciones territoriales o naturalezas administrativas. En Asturias, por ejemplo, hay periodistas que deciden abonar simultáneamente dos cuotas, la del colegio regional y la de la Asociación de la Prensa de Oviedo. “Cuando envían comunicados, lo hacen bajo la firma del Colegio porque creen que les da más prestigio”, explican desde el sector. Estas duplicidades competenciales también se producen en País Vasco, La Rioja o Andalucía, entre otras autonomías. Los colegios confían en que el Gobierno cree un Consejo General de Colegios Oficiales, seis años después de decaer una proposición de ley. La presidenta del colegio vasco, Amaia Goikoetxea, lamenta que España no disponga de un colegio profesional de periodistas, al contrario que los médicos, arquitectos o abogados. Cree que el principal obstáculo es “el interés de los políticos de tenernos separados y divididos a los periodistas”. Admite que “tenemos una pelea con las asociaciones”, y que su mayor punto discordante está en los requisitos de acceso a ambas organizaciones. Señala que la FAPE abre vía libre de acceso a profesionales vinculados a medios de comunicación sin licenciatura o grado en Periodismo o estudios derivados. Una de las tradicionales demandas de los colegios —que supondría un punto de inflexión determinante en este conflicto— es la creación de un Consejo General de Colegios Oficiales de Periodistas que canalice en un mismo órgano todos los intereses sectoriales. Los colegios de periodistas se muestran esperanzados en que el Gobierno llegue a dar luz verde a la fundación de este órgano. Esta misma sensación ya la experimentaron durante el mandato de Mariano Rajoy, con una proposición de ley sobre la mesa en 2018, que decayó con la culminación de la legislatura tras la moción de censura. De aprobarse, opina Goikoetxea, “la FAPE vería peligrar su hegemonía”. «En teoría deberían estar por la labor de aprobarlo», deduce el decano del colegio profesional andaluz, José Antonio Barrera, que asegura que la Red de Colegios Profesionales de Periodistas -unidad que abarca las diez entidades- próximamente recordará de nuevo su petición a los grupos parlamentarios. ¿Qué valor añadido aportan a los periodistas los colegios respecto a las asociaciones? Desde el Colegio Profesional de Periodistas de Galicia (CPXG), su vicepresidente, Paco Sarria, responde que “tienen una serie de características que los separan de aquellos otros que nacen como mera fuente de ingresos, con trabajadores que no están titulados”, como, por ejemplo, la capacidad para sancionar a profesionales que alimenten la desinformación. José Francisco Serrano Oceja (APM): “En España quien dice quién es un periodista son las empresas de comunicación». Desde las asociaciones de prensa se oponen tajantemente a estos planteamientos. El presidente de la Unió de Periodistes Valencians defiende que la naturaleza jurídica de las organizaciones les permite tener más independencia y autonomía que los colegios, vinculados a la Administración Pública y, por tanto, a los gobiernos de turno. José Francisco Serrano Oceja, miembro de la Junta Directiva de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), argumenta que “en Europa la determinación de la colegiación obligatoria para el ejercicio de determinadas profesiones está regulada por la normativa comunitaria que, en este momento, no contempla que el periodismo sea una profesión de obligada colegiación para su ejercicio”. “En España”, añade, “quien dice quién es un periodista son las empresas de comunicación. Lo que hacemos en las Asociaciones de la Prensa es ofrecer un carnet de periodista que acredita como reconocimiento un dato de la realidad, que esa persona es periodista porque ejerce el periodismo, en función de unos criterios establecidos previos de acceso, que, en este momento, están también en discusión”. Aclara que uno de los principales criterios es el de la titulación universitaria. Enlace a la fuente original
Colegios y asociaciones de periodistas reavivan la batalla sobre la colegiación obligatoria Las organizaciones de periodistas de España vuelven a exhibir sus diferencias sobre el modo en el que debe vehicularse la representación sectorial. Colegios y asociaciones reavivan esta larga batalla, después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, abriera la puerta a una posible colegiación obligatoria de los periodistas para “evitar el intrusismo” y luchar contra la desinformación, en una entrevista de hace unos días a El País. España cuenta con casi setenta asociaciones, integradas en la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), organización con más de cien años de historia. Las asociaciones empezaron a convivir con los colegios a partir de 1985, año en el que se constituye el primero, el Col·legi de Periodistes de Catalunya, hasta alcanzar la decena de corporaciones, que a diferencia de las asociaciones, se rigen por derecho público. La anomalía sectorial se produce cuando algunas comunidades autónomas albergan diversas organizaciones, brindando mismas funciones, con distintas demarcaciones territoriales o naturalezas administrativas. En Asturias, por ejemplo, hay periodistas que deciden abonar simultáneamente dos cuotas, la del colegio regional y la de la Asociación de la Prensa de Oviedo. “Cuando envían comunicados, lo hacen bajo la firma del Colegio porque creen que les da más prestigio”, explican desde el sector. Estas duplicidades competenciales también se producen en País Vasco, La Rioja o Andalucía, entre otras autonomías. Los colegios confían en que el Gobierno cree un Consejo General de Colegios Oficiales, seis años después de decaer una proposición de ley. La presidenta del colegio vasco, Amaia Goikoetxea, lamenta que España no disponga de un colegio profesional de periodistas, al contrario que los médicos, arquitectos o abogados. Cree que el principal obstáculo es “el interés de los políticos de tenernos separados y divididos a los periodistas”. Admite que “tenemos una pelea con las asociaciones”, y que su mayor punto discordante está en los requisitos de acceso a ambas organizaciones. Señala que la FAPE abre vía libre de acceso a profesionales vinculados a medios de comunicación sin licenciatura o grado en Periodismo o estudios derivados. Una de las tradicionales demandas de los colegios —que supondría un punto de inflexión determinante en este conflicto— es la creación de un Consejo General de Colegios Oficiales de Periodistas que canalice en un mismo órgano todos los intereses sectoriales. Los colegios de periodistas se muestran esperanzados en que el Gobierno llegue a dar luz verde a la fundación de este órgano. Esta misma sensación ya la experimentaron durante el mandato de Mariano Rajoy, con una proposición de ley sobre la mesa en 2018, que decayó con la culminación de la legislatura tras la moción de censura. De aprobarse, opina Goikoetxea, “la FAPE vería peligrar su hegemonía”. «En teoría deberían estar por la labor de aprobarlo», deduce el decano del colegio profesional andaluz, José Antonio Barrera, que asegura que la Red de Colegios Profesionales de Periodistas -unidad que abarca las diez entidades- próximamente recordará de nuevo su petición a los grupos parlamentarios. ¿Qué valor añadido aportan a los periodistas los colegios respecto a las asociaciones? Desde el Colegio Profesional de Periodistas de Galicia (CPXG), su vicepresidente, Paco Sarria, responde que “tienen una serie de características que los separan de aquellos otros que nacen como mera fuente de ingresos, con trabajadores que no están titulados”, como, por ejemplo, la capacidad para sancionar a profesionales que alimenten la desinformación. José Francisco Serrano Oceja (APM): “En España quien dice quién es un periodista son las empresas de comunicación». Desde las asociaciones de prensa se oponen tajantemente a estos planteamientos. El presidente de la Unió de Periodistes Valencians defiende que la naturaleza jurídica de las organizaciones les permite tener más independencia y autonomía que los colegios, vinculados a la Administración Pública y, por tanto, a los gobiernos de turno. José Francisco Serrano Oceja, miembro de la Junta Directiva de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), argumenta que “en Europa la determinación de la colegiación obligatoria para el ejercicio de determinadas profesiones está regulada por la normativa comunitaria que, en este momento, no contempla que el periodismo sea una profesión de obligada colegiación para su ejercicio”. “En España”, añade, “quien dice quién es un periodista son las empresas de comunicación. Lo que hacemos en las Asociaciones de la Prensa es ofrecer un carnet de periodista que acredita como reconocimiento un dato de la realidad, que esa persona es periodista porque ejerce el periodismo, en función de unos criterios establecidos previos de acceso, que, en este momento, están también en discusión”. Aclara que uno de los principales criterios es el de la titulación universitaria. Enlace a la fuente original