Entrevista a Marty Baron, exdirector del ‘Washington Post’

Marty Baron (Tampa, Florida, 1954) lo ha sido todo en el periodismo. Pero no solo porque fue director del Washington Post o del Boston Globe, lo que le llevó a la fama tras descubrir los casos de pederastia en EEUU, y que se reflejaron en la película Spotlight, sino porque le ha tocado vivir la era Trump, que ha supuesto el mayor enfrentamiento entre la prensa seria y un presidente de EEUU. Ahora está retirado, aunque todavía colabora en proyectos de algún amigo. Su tiempo lo dedica a recorrer el mundo contando su experiencia. En octubre, saca un libro que se titulará Colisión de poder: Trump, Bezos y el Washington Post, en el que cuenta la gran transformación de un periódico legendario. Está estos días por España invitado por Estudio de Comunicación en su 40 aniversario, y su mensaje central es que hay riesgos, como la inteligencia artificial, que hacen más necesario el papel del periodismo como lugar de debate de la sociedad. Aborrece las redes sociales y desconfía de los medios convertidos en agentes de propaganda política.

 

PREGUNTA. ¿Qué está fallando en el periodismo, supongo que también en la sociedad, para que la opinión pública, también los lectores, de en ocasiones más credibilidad a las redes sociales que a la prensa?

RESPUESTA. La verdad es que hay muchas fuentes de información, pero uso el término de información entre comillas porque hay muchas falsedades y absurdas teorías de la conspiración. Se pueden difundir por internet porque no hay casi ninguna barrera. Además, hay muchas personas que pueden monetizar la difusión de información falsa. Pero también hay medios que hacen su trabajo sin falsedad. La verdad es que internet es hoy un pozo negro de información.

 

P. ¿En qué medida son responsables los periodistas por no haber sabido alejarse de las redes sociales? A veces se confunden.

R. Sí, la verdad es que una gran parte de los lectores, de los oyentes o de los televidentes no sabe de dónde ha recibido la información porque hay un montón de noticias en internet. Es verdad, hay demasiada confusión sobre las fuentes informativas.

«No utilizo las redes sociales desde hace más de tres años. La verdad es que las odio»

 

P. ¿Cómo utilizan las redes sociales los periodistas con los que ha trabajado en el Post, el Boston Globe o Miami Herald? ¿Lo han prohibido?

R. No, de ninguna manera. Hay muchos periodistas en Washington Post y en Boston Globe que usan las redes sociales. Cuando yo era el director del Boston Globe, Facebook estaba recién fundado y empezamos a usar las herramientas disponibles para aumentar la audiencia del periódico. Pero en esa época no entendimos el crecimiento de las redes sociales y cómo mucha gente iba a usarlas para difundir información falsa.

 

P. ¿Usted las utiliza?

R. No las uso desde hace más de tres años. La verdad es que las odio y hay demasiada mala información. Cuando hacía un post, siempre había una reacción negativa. Fue entonces cuando decidí retirarme. La mala conducta se ha generalizado y siempre he tratado de insistir en que la plantilla del Washington Post use las redes sociales de una manera apropiada.

 

P. ¿En qué medida la prensa es culpable de la polarización política que viven EEUU o, incluso, países como España?

R. No lo sé, pero creo que no somos responsables. Creo que internet ha tenido un gran impacto sobre la polarización porque, como le dije antes, lo que encuentran los lectores son sitios donde refuerzan sus posiciones. Y como consecuencia de ello, hay una oportunidad comercial para crear sitios destinados a atraer a esas personas. En el pasado, por ejemplo, en EEUU teníamos solamente tres cadenas de televisión en todo el país, en todo el país [remarca], y ahora las fuentes de información son casi infinitas.

 

P. En España había solo una televisión.

R. Fíjese que antes en cada ciudad grande había un periódico o dos que trataban de llegar a una audiencia masiva. Pero ahora los nuevos medios intentan atraer un nicho de mercado, lo que ha polarizado la sociedad. Es verdad que algunos medios han contribuido, pero no creo que sean el factor más importante. No es equiparable.

 

P. La prensa siempre ha sido un lugar de debate de las élites. Pero de pronto ha querido llegar a enormes audiencias. ¿Cuál es el camino de crecimiento? ¿La audiencia es lo importante?

R. Sería bueno que cada medio encontrara su propio modelo. Hay algunos que intentan salvarse, pero hay otros que han encontrado su modelo. Unos viven de su nicho de mercado, otros exclusivamente de la publicidad y otros de los suscriptores o de una fórmula mixta. En el pasado, había revistas muy especializadas que eran muy rentables. No se puede decir este modelo sí y este no.

 

P. ¿Tiene algún futuro el papel?

R. No mucho. Hemos visto un gran descenso en los periódicos impresos y vivimos en un mundo digital. Todas las personas tienen sus dispositivos móviles. Ellos reciben su información casi instantáneamente por los móviles y el estilo de vida ha cambiado por completo. Creo que la desaparición es una cuestión de años. En EEUU, algunos periódicos ya han tomado la decisión de no salir en papel.

 

P. ¿Qué se puede hacer para que los jóvenes lean el periódico y no se informen solo a través de las redes sociales?

R. No estoy seguro. Para ellos, es más fácil entrar a través de redes sociales y leer la prensa, pero hemos observado que cuando hay alguna crisis casi todo el mundo acude a los medios tradicionales para enterarse de lo que está pasando. La pregunta es ¿por qué? Creo que es un asunto que hay que relacionar con la ideología. También con el hecho de que se niegan a pagar el coste de una suscripción. Prefieren recibir su información gratis en lugar de pagar. No sé lo que podemos hacer. Pero sí sé que debemos mantener nuestros estándares de calidad. Tenemos que asegurar la exactitud de nuestros reportajes y tenemos que mirar al largo plazo. Los jóvenes entenderán en el futuro que hay fuentes y fuentes.

«Cuando hay alguna crisis, la gente acude a los medios tradicionales para conocer lo que pasa»

 

P. ¿Qué supone para la prensa la irrupción de la inteligencia artificial?

R. Es el mayor riesgo, lo más preocupante para nuestro oficio, también para la sociedad, porque será más difícil detectar las falsedades, las imágenes falsas, el texto falso o, incluso, las voces falsas. Todo. Existe una gran oportunidad de falsificar todo. Será muy difícil determinar lo que es verdad y lo que es mentira. Si me pregunta cuál es la respuesta, ¿qué deberíamos hacer? Bueno, todavía no lo sé.

 

P. Deme alguna idea.

R. Tenemos que hacer posibles avances científicos que puedan detectar las imágenes falsas y todo eso. Y tenemos que tener un vínculo muy estrecho con los científicos para reaccionar casi inmediatamente. También tenemos que firmar acuerdos con socios, con otros medios. Tenemos que trabajar juntos para detectar las falsedades debido a la inteligencia artificial.

 

P. Fíjese que ya los periódicos cuentan hoy con físicos, con matemáticos, en sus plantillas, algo impensable hace pocos años.

R. Nosotros tenemos ingenieros que trabajan en la redacción, pero necesitamos diferentes tipos de ingenieros que se especialicen en la inteligencia artificial, porque va a tener un gran impacto, va a crear una gran disrupción en nuestro campo.

 

P. Si se descubriese hoy el Watergate, ¿usted cree que dimitiría Nixon? Me da la impresión de que en los últimos años ha habido muchos escándalos políticos y no ha pasado nada. No sé si la sociedad es menos sensible a la corrupción política. Ahí está el caso de Trump, apoyado por millones de estadounidenses.

R. No es verdad decir que no ha pasado nada. Recuerdo que Trump perdió las elecciones, evidentemente debido a lo que el pueblo sabía de él, de su política y de todos los escándalos durante su Gobierno también. Hay impacto, pero los medios tienen menos influencia que antes. La gran diferencia ahora en los EEUU es que hay una cadena de televisión con el nombre de Fox News. Es la cadena más popular entre los republicanos, entre los derechistas, y es la cadena que ha apoyado a Trump por muchos años. Fox es un mercader muy poderoso que tiene la confianza de gran parte de los republicanos.

 

P. Pero fíjese que también son muy poderosos periódicos como Washington PostNew York Times o Los Angeles Times, también la CNN. Pero al final Trump ganó las elecciones.

R. Bueno, hay polarización, hay sectarismo, diría que tribalismo, en la sociedad. Le voy a poner un ejemplo. Cuando Fox dijo que Trump había perdido el estado de Arizona, Trump pidió a sus seguidores que dejaran de ver la Fox, y la verdad es que muchos lo hicieron. No hay lealtad al medio, sino al candidato. En una palabra, tribalismo. Es más que polarización, es tribalismo.

«En EEUU, tenemos políticos demasiado viejos, no solo en la Casa Blanca»

 

P. ¿Volverá a ganar Trump?

R. No lo sé, no puedo pronosticar el futuro, pero él, obviamente, va a lanzarse a la presidencia. Creo que hay una gran probabilidad de que sea el candidato de los republicanos, pero también es verdad que muchos otros votantes van a ir a las urnas para votar contra él. Tiene un buen nivel de popularidad, pero tampoco está claro.

 

P. Fíjese que dos octogenarios pueden ser los próximos candidatos a presidente…

R. Es verdad que tenemos políticos demasiado viejos, no solamente en la Casa Blanca. También en el Congreso gran parte de los líderes son viejos. Como sociedad, deberíamos pensar en el futuro. La tecnología lo está cambiando todo y creo que deberíamos tener líderes más jóvenes que entiendan mejor los cambios que están en marcha.

 

P. Eso puede estar restando credibilidad a la política…

R. No puedo explicar por qué en EEUU, que es un país joven, con una cultura joven, no hay jóvenes en puestos de liderazgo.

 

P. Alguna vez usted ha dicho que algo falla en la sociedad cuando no somos capaces de ponernos de acuerdo sobre temas muy elementales, muy básicos, que históricamente no han suscitado ninguna discrepancia.

R. Vivimos en una época en que no compartimos los hechos, y ese es el problema. Ni siquiera nos ponemos de acuerdo sobre los hechos.

 

P. Hablando de hechos. En octubre, sacará un libro sobre su experiencia en el Washington Post en tiempos de Trump y con Bezos, el dueño de Amazon, como único accionista de su periódico. ¿Cuál ha sido la experiencia?

R. La experiencia como director del Post fue una oportunidad increíble para mí, porque es un periódico con un gran pasado. Allí hay un personal espectacular. Yo llevaba solo seis meses cuando Bezos anunció que iba a comprar el periódico. Fue una gran experiencia estar allí en medio de la transformación del periódico y contamos con suficientes recursos para hacerlo. Ese momento coincidió con la llegada de Trump, lo que hizo que fuera uno de los periodos más importantes de la historia del periódico.

«Vivimos en una época en que no compartimos los hechos, ese es el problema. Ni siquiera nos ponemos de acuerdo sobre los hechos»

 

P. El futuro de la prensa pasa por tener editores que sean muy ricos, como el dueño de Amazon, y que den libertad a los periódicos para poder trabajar.

R. Bueno, no hay tantos ricos [se ríe] que quieran comprar los periódicos, porque es una manera de empobrecerse.

 

P. Pero hay gente tan rica que puede perder millones y millones y no pasa nada.

R. Bueno, entonces no hay tanto ricos que quieran comprar periódicos. Los medios, por lo general, no son empresas muy rentables, pero Bezos vio la oportunidad de convertir el Washington Post en un periódico nacional, global, en lugar de ser local y regional. Y creo que tuvimos éxito, afortunadamente, porque tuvimos seis años rentables.

 

P. ¿Bezos nunca quiso influir en la línea editorial del periódico o en alguna información que afectaba a su compañía?

P. Nunca. Nunca se metió en la cobertura. Nunca intervino. Él estaba implicado en el negocio, en las tácticas, en las estrategias, en las suscripciones, en los precios, en la mercadotecnia… En todo eso. Pero con respecto a las coberturas, nunca se implicó.

 

P. ¿Cómo han sido sus relaciones personales con Trump?

R. Él odia al Washington Post y a sus periodistas. Decía que éramos los enemigos del pueblo, que éramos basura y la forma más baja de los seres humanos. Hay un montón de palabras, de palabrotas, que usaba para describirnos, pero bueno, hay muchas palabras peyorativas para el descaro.

 

P. ¿Qué sensación le produce ver teóricas conferencias de prensa en las que los periodistas no pueden hacer preguntas porque son simplemente declaraciones de los políticos?

R. Eso no son conferencias de prensa. Eso es propaganda, que es lo que hacía Trump.

 

P. ¿La batalla por las audiencias no es realmente lo que está matando, digamos, la calidad de muchos periódicos? ¿No está poniendo en serio riesgo la credibilidad de los periódicos?

R. Los medios siempre han competido por la audiencia. No creo que esa sea la razón de la falta de credibilidad. Lo que tendríamos que hacer es centrarnos más en el desempeño de los periódicos. Hay que competir con honestidad, con datos, con imparcialidad, con rigor. Es todo eso. Pero si la competencia se hace con comportamientos deshonestos, eso no es competencia. Es un comportamiento deshonesto.

 

P. ¿Qué le diría a alguien que quiere ser periodista?

R. Que persiga su sueño y que sea honesto. Hacer periodismo es hacerlo con ética. Necesitamos buenos periodistas que sepan que el escenario va a estar en permanente cambio, y que ellos mismos también tienen que cambiar. Tienen que estar preparados para aprender nuevas técnicas para llegar a la gente. Hay cambios cada minuto, cada hora. Por ejemplo, ahora, cuando hablamos del uso de la inteligencia artificial. Es un shock para toda la sociedad y nuestro trabajo no estaba preparado para eso.

 

P. ¿Quiénes serán los ganadores?

R. Conozco a quienes ya están pensando en fundar nuevos medios basados en la inteligencia artificial. Todo el mundo debería estar pensando en cómo deberíamos aprovechar las nuevas tecnologías que pueden reemplazar a los periodistas. Hay que hacer más eficiente y eficaz nuestro negocio. Los nuevos periodistas deberían esperar una vida de cambios para siempre.

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