Alberto García Reyes, anunciador de la Semana Santa de Sevilla de 2017, cogió el testigo de la palabra. La utilizó para homenajear a Rafael González-Serna, que lo precedió. Lo sucedieron los sones de Sevilla cofradiera. La palabra y la música. La música y la palabra. Protagonistas alternas de dos horas de espectáculo cofradiero. Donde los recuerdos llenaron el hueco que dejarán los miles de nazarenos y el centenar de pasos. El médico Lutgardo García continuó. Honró al poeta Aquilino Duque y brotó Virgen de la Paz, marcha procesional de Pedro Morales, fue puente hacia los versos de Joaquín Caro Romero. Un enlace que albergó un emotivo recuerdo a monseñor Asenjo, que vive sus últimos meses como arzobispo de la ciudad.
Caro Romero celebró que el acto coincidiese con el Día Mundial de la Poesía y citó a William Faulkner: «El pasado nunca está muerto, ni siquiera es pasado». Dos detalles antes de su popular romance. Su letanía en la que menciona a todos los titulares de la Semana Santa de Sevilla que tan aplaudida fue en el año 2000 como lo ha sido en 2021. Y que daría paso a La Estrella Sublime de López Farfán y a José María Rubio, el ex pregonero que hacía más años (1991) que no pisaba el escenario del Maestranza de todos los que participaron. «Con la venia de Sevilla regreso emocionado este atril» fue su primera frase en su vuelta, que tomó forma de oda a la Virgen, al Señor del Gran Poder y a Triana.
Los versos macarenos de Antonio Rodríguez Buzón fueron el momento histórico del evento, que tiró de fonoteca para revivir el popular pregón de 1956. Como continuación se escuchó Coronación de la Macarena. Las imágenes de la Esperanza ilustraban la música. La aparición de Charo Padilla anticipaba la recta final del homenaje al pregón. La colaboradora de Diario de Sevilla habló de Angustias, una vecina del Cerro del Águila. La recordó con cariño y admiración, sintiéndose unida a ella por medio de la Virgen de los Dolores y «el barrio que aplaude». También hizo un repaso por su carrera de periodista cofradiera y de primera mujer de la historia en dar el Pregón de la Semana Santa de Sevilla. Después, dio paso al último protagonista de la jornada.
Julio Cuesta, pregonero de 2020, 2021 y 2022, comenzó con una retórica pregunta: «¿Qué hago aquí?». Avanzó «vértigo» por verse entre la nómina de pregoneros de la capital andaluza. Explicó qué es para él un pregón. Y dio muestras de lo que probablemente ampliará el 3 de abril del año que viene, cuando vuelva a ser Domingo de Pasión. Cuando se vuelvan a abrir, si Dios y la pandemia quieren, las puertas del Teatro de la Maestranza. Las puertas de la Semana Santa de Sevilla.
El acto guardaba otra novedad una vez acabado: una rueda de prensa. Los protagonistas fueron pasando en pequeños grupos por la sala de prensa del Teatro de la Maestranza. Allí comentaron sus impresiones. Charo Padilla aseguró haber «disfrutado muchísimo» con este «chute para el alma». La periodista animó a los cofrades a «quedarse con estos ratitos». Junto a ella compareció Joaquín Caro Romero, que elogió la intervención de Padilla: «Sabe llevar la poesía a las ondas en su propia voz». Y reconoció que cuando dio el pregón en el año 2000 la impresión fue «tremenda».
José María Rubio, que pregonó la Semana Santa en 1991 en el Teatro Lope de Vega, afirmó que sintió «cerca al público», aunque «esté muy lejos», en comparación entre ambos auditorios. Además, resaltó que con su texto intentó esbozar «una especie de insignia de hermandad compuesta de fe, esperanza y caridad». Unos conceptos a los que Julio Cuesta, que pregonará la próxima Semana Santa, añadió «amor». Cuesta se mostró orgulloso del resultado del acto y asegura que «no debemos sorprendernos de que salgan estas cosas», destacando el «tesoro emocional, espiritual y oratorio» que tiene Sevilla.
Francisco Vélez, presidente del Consejo, cerró el turno de intervenciones tras el acto. «Le pongo un 10», calificó. La sobresaliente organización del mismo la explica por lo «ágil» y «emocionante» del mismo, que «ha mantenido la atención de la gente durante dos horas». Vélez, que reveló que el acto tiene detrás «cuatro o cinco meses de trabajo», se mostró feliz por haber «devuelto la ilusión de este domingo» y avisó que «algunas cosas pueden venir para quedarse», en referencia a las novedades que ha tenido el acto a causa de la pandemia. Finalizó sus palabras expresando su apertura a cambios: «No podemos estar cerrados al paso del tiempo».