Manuel Bellido publica nuevo libro

 El periodista, escritor y socio APC Manuel Bellido Bello publica en Platero Editorial su nuevo libro: «Una fogata en Urano».

Se trata de un poemario atemporal que no solo recorre la vida poética del autor desde los años 70 hasta la actualidad, sino que también se muestra como una obra con múltiples espacios, pues recorre tanto décadas como países.

Bellido ha trabajado ampliamente en el ámbito de la comunicación en Asia, Europa y las Américas y es autor de 6 libros y miles de artículos en revistas especializadas, además de haber sido galardonado con varios premios periodísticos a nivel regional y nacional.

 

Con motivo de la publicación de su nueva obra Extradigital lo ha entrevistado:

 

Una fogata en Urano es un titular sugestivo, ¿Por qué lo has escogido? 

La temperatura media que hay en la atmósfera de Urano es de -223 °C, un lugar muy frío que invitaría a encender una fogata. En este libro hay una intencionalidad vital que se esconde en mi vocación literaria y que aparece en el primer y último poema de esta antología, casi una misión: alumbrar, encender en el corazón del lector una llama que procure calidez en la, a veces fría, travesía terrena de esta época convulsa. Difícil objetivo, tan arduo como encender “una fogata en Urano”. Como decía Octavio Paz, “la poesía debe ser un poco seca para que arda bien, y de este modo iluminarnos y calentarnos”.

 

¿Por qué has elegido esta vez la poesía como soporte de comunicación?

La poesía nunca supuso para mí un aislarme de la realidad, sino un zambullirme en lo más profundo de ella, dentro y fuera de mí. Por ese motivo también he dejado, junto a la fecha en la que escribí el poema, el lugar donde fue inspirado y escrito. La ciudad era el marco de ese momento interior que yo vivía; circunstanciales escenarios iluminados por la luz de la mañana o ensombrecidos por las tinieblas del crepúsculo para evocar vibraciones de mi espíritu, tonos armoniosos de la música del alma, quebrantos de mi ánimo o simplemente fotografías.

 

¿Cuándo escribiste estos poemas? 

Una fogata en Urano es un poemario atemporal que no solo recorre mi vida poética   desde los años 70 hasta la actualidad, sino que también se muestra como una obra con múltiples espacios, pues recorre tanto décadas como países.

 

¿Cómo ha sido la selección de estos poemas?

Han sido mis emociones y preferencias las que han dictado la selección de poemas de esta antología. Al orden cronológico he preferido el ritmo de las sensaciones. Estos versos los escribí entre 1973 y 2021.

 

¿Por qué llega este libro en esta hora de tu vida?

Para un septuagenario como yo, que ha hecho de la escritura un instrumento vital, además de una pasión, es momento de capturar recuerdos preciados mientras están frescos, registrar los momentos históricos para no olvidar. La poesía permite que los sentimientos desfilen sobre el papel, vistiéndose de palabras, marchando con ritmo y con cadencia, ordenándose por grados de emociones, susurrando o gritando, ensalzando o humillando, aireando vida como ropa tendida para que no terminen oxidados en algún cajón del alma.

 

Vives ahora mismo tu júbilo, pero supongo que sigue prendida la llama del periodismo…

Desde que conocí en los años 70 a Indro Montanelli en Milán, en vía Negri, en la redacción de Il Giornaleviéndolo allí dirigiendo la redacción, dando lecciones de periodismo en cada gesto, en cada palabra, me enamoré del periodismo. Desde aquel momento mi vida volvió a dar un giro y comenzó a incorporar en mí el engranaje de ver, oír y contar con el sentido del cronista que acerca a la gente la realidad de su entorno. Ver y hacer ver. Es lo que hago desde hace 50 años.

 

Siempre has sido un periodista justo y mesurado, ¿Cómo vives tanta polarización? Hablan también de un hooliganismo mediático. 

El periodismo trabaja con la materia más delicada de este mundo: la gente. Por eso, escribir periodismo es una actividad sumamente delicada. Decía Kapuscinski que “para ser buen periodista hay que ser buena persona”. Si esto no está implícito en la vocación periodística todo lo que se haga ensuciará el aire que respira nuestra sociedad. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas, solo siendo buenas personas se puede intentar comprender a las demás personas, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias.

 

¿Cómo ves el ecosistema de medios?

Limpio y transparente en algunos lugares; sucio y contaminado en algún otro.

 

Todo afilado con la navaja de las nuevas tecnologías, redes sociales…

A veces, parece que las redes sociales son un mar irremediablemente sucio. Pero no hay que dejarse engañar por el hecho de que la suciedad siempre tiene más interés periodístico que la limpieza. Unas gotas de vino bastan para enturbiar el agua en una botella, es cierto; pero la realidad es que, en la botella, hay mucha más agua que vino. Esto es cierto tanto en la realidad como en las redes sociales. Las redes sociales son un espejo de la realidad. No el único, por supuesto.

 

¿Qué quieres decir exactamente? 

En las redes sociales, como en el mar, que el agua esté limpia o sucia no depende del mar, depende de nosotros. Preocupémonos de no ensuciar ni el mar ni las redes sociales.

Empecemos por nosotros, reflexionemos y utilicemos las redes con equilibrio. Sé que es un equilibrio muy difícil y delicado de conseguir, porque no existe en la naturaleza, sino que hay que crearlo y nutrirlo cada vez. Nada es más difícil de conquistar; nada más fácil de perder.

 

Estas palabras son una especie de declaración de lo que actualmente intentas vivir. Hay unos versos en tu libro que dicen: «Decidido / doy la espalda al mar, / ciño en las estrellas / las coordenadas».

Sí, porque Urano no es solo un planeta, sino que también es un dios primigenio en la mitología griega: el dios del cielo. Una deidad que no tuvo culto específico en la época clásica. Mis poemas, que a veces son versos rotos, frases breves, imágenes veloces, fotogramas metafóricos, esconden como a menudo en la poesía, el conocimiento de la causa y el advenimiento real que ocasionó la imagen. En estos tiempos no solo trato de superar la cúpula celeste que limita dicha divinidad, sino que intento también aportar con mis versos y con mis artículos algo de trascendencia. En el fondo, un poema no es algo que se ve, sino la luz que nos permite ver. Y lo que necesitamos ver es la Vida.

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