Nuevo informe sobre «Bulos y desinformación» de Servimedia y Estudio de Comunicación El 14 de septiembre salió a la luz el informe “Bulos y desinformación” realizado por la consultora Estudio de Comunicación y la agencia de noticias Servimedia , que analiza el impacto de las noticias falsas en la sociedad y sus consecuencias para los medios de comunicación. Fernando Riaño, de Servimedia y Benito Berezuelo, de Estudio de Comunicación dieron la bienvenida con una introducción que ensalza la necesidad de este tipo de estudios para luchar contra la Infodemia y repasaron las principales conclusiones del estudio: El problema de los bulos se ha agravado con la pandemia. Un 66,7 % del público en general y un 60,7 % de los profesionales de la comunicación perciben un aumento del volumen de bulos y desinformación tras la pandemia. Responsabilidad compartida. La mayoría de los encuestados consideran que todos somos responsables de la difusión de bulos y desinformación. Para un 57,6 % de periodistas y comunicadores y para un 47,4 % del resto de participantes, todos somos responsables de esta práctica Efecto de los bulos: opinión pública vs. periodística. La mayor parte de la opinión pública considera que la desinformación que más les afecta es de carácter social (69,2 %), mientras los periodistas señalan los bulos de políticos (84%). No han sido los medios. En cuanto a la actividad en la propagación de bulos y desinformación los periodistas consideran que las redes sociales más activas en la propagación de desinformación son las de particulares (92,7 %), políticos y partidos (78,9 %). Diversidad de opiniones en la búsqueda de responsables. Solo el 11,3 % de los profesionales de la comunicación cree que los medios son responsables de crear o difundir falsedades, pero un 31,6% del resto de entrevistados cree que los medios tienen responsabilidad en este problema. El 75,7 % de los profesionales de la comunicación opina que los medios nativos digitales son muy activos en la propagación de falsedades, seguidos de la televisión (47,9 %). Disminuye la desconfianza en la televisión y la radio. Como refleja la gráfica, la televisión se percibe menos tendente a los bulos y la desinformación en 2022 que en 2018 (47,9 % y 69,2 %, respectivamente), lo mismo que la radio (30,9 % y 38,5 %, respectivamente), pero aumenta ligeramente la desconfianza en los impresos (23,1 % y 24,8 %, respectivamente). La labor de las páginas de verificación en general es vista como imprescindible para un 35,5 % de los periodistas y comunicadores, aunque necesaria para un 44,1 %. Tras exponer las principales conclusiones Amancio Fernández, Secretario General FAPE, Álvaro Nieto, director The Objetive Media, Clara Jiménez, CEO de Maldita y Encarna Samitier, directora de 20 Minutos, debatieron y reflexionaron sobre los bulos y la desinformación en una mesa moderada por José Manuel González Huesa, director general de Servimedia. Una interesante conversación con las siguientes reflexiones: Las verificadoras no solo desmienten los bulos que circulan, si no que atienden y dan respuesta a dudas concretas de la ciudadanía. Los periodistas, a través de su formación, ética y oficio tienen herramientas suficientes para desenmascarar un engaño. La falta de verificación, filtro y contraste de la noticia son las responsables de que los bulos se cuelen en una publicación periodística. La desinformación y noticias falsas han existido siempre, pero en la actualidad su alcance es mayor debido, entre otros factores a: que las campañas de desinformación se difunden masivamente a través de las redes sociales; que nacen en un clima de polarización ideológica y; en ocasiones son apoyadas incluso por agentes políticos como arma electoral. Gran parte de la sociedad no distingue un medio de comunicación nativo digital de una página web que ofrece información. Sería importante identificar a medios de comunicación, ya que estos responden al código deontológico del periodismo, mientras otras publicaciones de particulares, asociaciones o ciudadanos con intereses comunes, no están al servicio del derecho a una información veraz. Hay que introducir a jóvenes y personas mayores nociones básicas sobre la desinformación La juventud tiene una imagen muy negativa de los medios tradicionales y no acudirá a ellos para informarse. Hay que alcanzarles por otras vías y a través de mensajes que se ajusten a sus intereses La Ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez García puso fin al evento agradeciendo el esfuerzo por la realización del estudio y por las reflexiones en torno a su publicación y recordando que el derecho a la información es un derecho constitucional a proteger entre todos. Si como el propio informe dice, reconocemos en la desinformación una responsabilidad compartida, entre todos la podemos parar. Enlace a la fuente original
El 14 de septiembre salió a la luz el informe “Bulos y desinformación” realizado por la consultora Estudio de Comunicación y la agencia de noticias Servimedia , que analiza el impacto de las noticias falsas en la sociedad y sus consecuencias para los medios de comunicación. Fernando Riaño, de Servimedia y Benito Berezuelo, de Estudio de Comunicación dieron la bienvenida con una introducción que ensalza la necesidad de este tipo de estudios para luchar contra la Infodemia y repasaron las principales conclusiones del estudio: El problema de los bulos se ha agravado con la pandemia. Un 66,7 % del público en general y un 60,7 % de los profesionales de la comunicación perciben un aumento del volumen de bulos y desinformación tras la pandemia. Responsabilidad compartida. La mayoría de los encuestados consideran que todos somos responsables de la difusión de bulos y desinformación. Para un 57,6 % de periodistas y comunicadores y para un 47,4 % del resto de participantes, todos somos responsables de esta práctica Efecto de los bulos: opinión pública vs. periodística. La mayor parte de la opinión pública considera que la desinformación que más les afecta es de carácter social (69,2 %), mientras los periodistas señalan los bulos de políticos (84%). No han sido los medios. En cuanto a la actividad en la propagación de bulos y desinformación los periodistas consideran que las redes sociales más activas en la propagación de desinformación son las de particulares (92,7 %), políticos y partidos (78,9 %). Diversidad de opiniones en la búsqueda de responsables. Solo el 11,3 % de los profesionales de la comunicación cree que los medios son responsables de crear o difundir falsedades, pero un 31,6% del resto de entrevistados cree que los medios tienen responsabilidad en este problema. El 75,7 % de los profesionales de la comunicación opina que los medios nativos digitales son muy activos en la propagación de falsedades, seguidos de la televisión (47,9 %). Disminuye la desconfianza en la televisión y la radio. Como refleja la gráfica, la televisión se percibe menos tendente a los bulos y la desinformación en 2022 que en 2018 (47,9 % y 69,2 %, respectivamente), lo mismo que la radio (30,9 % y 38,5 %, respectivamente), pero aumenta ligeramente la desconfianza en los impresos (23,1 % y 24,8 %, respectivamente). La labor de las páginas de verificación en general es vista como imprescindible para un 35,5 % de los periodistas y comunicadores, aunque necesaria para un 44,1 %. Tras exponer las principales conclusiones Amancio Fernández, Secretario General FAPE, Álvaro Nieto, director The Objetive Media, Clara Jiménez, CEO de Maldita y Encarna Samitier, directora de 20 Minutos, debatieron y reflexionaron sobre los bulos y la desinformación en una mesa moderada por José Manuel González Huesa, director general de Servimedia. Una interesante conversación con las siguientes reflexiones: Las verificadoras no solo desmienten los bulos que circulan, si no que atienden y dan respuesta a dudas concretas de la ciudadanía. Los periodistas, a través de su formación, ética y oficio tienen herramientas suficientes para desenmascarar un engaño. La falta de verificación, filtro y contraste de la noticia son las responsables de que los bulos se cuelen en una publicación periodística. La desinformación y noticias falsas han existido siempre, pero en la actualidad su alcance es mayor debido, entre otros factores a: que las campañas de desinformación se difunden masivamente a través de las redes sociales; que nacen en un clima de polarización ideológica y; en ocasiones son apoyadas incluso por agentes políticos como arma electoral. Gran parte de la sociedad no distingue un medio de comunicación nativo digital de una página web que ofrece información. Sería importante identificar a medios de comunicación, ya que estos responden al código deontológico del periodismo, mientras otras publicaciones de particulares, asociaciones o ciudadanos con intereses comunes, no están al servicio del derecho a una información veraz. Hay que introducir a jóvenes y personas mayores nociones básicas sobre la desinformación La juventud tiene una imagen muy negativa de los medios tradicionales y no acudirá a ellos para informarse. Hay que alcanzarles por otras vías y a través de mensajes que se ajusten a sus intereses La Ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez García puso fin al evento agradeciendo el esfuerzo por la realización del estudio y por las reflexiones en torno a su publicación y recordando que el derecho a la información es un derecho constitucional a proteger entre todos. Si como el propio informe dice, reconocemos en la desinformación una responsabilidad compartida, entre todos la podemos parar. Enlace a la fuente original