Qué es la Web3, el tema de debate estos días El término Web 3.0 fue utilizado en 2006 por Tim Berners-Lee , el creador de la World Wide Web, como una mirada hacia la próxima etapa de Internet más allá de la Web 2.0. Pensó que la «Web Semántica» iba a ser fundamental para esa evolución, pero no resultó ser así. Ahora se argumenta que la próxima generación de la web se basará en criptografía. En este sentido la Web3, como la definimos hoy, fue presentada en 2014 por Gavin Wood, uno de los co-creadores de Ethereum. La definición compacta de Wood de la Web3, como expresó en una entrevista reciente de Wired, es simple: «Menos confianza, más verdad». Pero la Web3 todavía es un concepto abstracto y difuso, si bien es cierto que ya está en boca de muchos usuarios puesto que viene a representar una versión descentralizada de Internet basada en el blockchain, la tecnología que está detrás de las principales criptomonedas y NFTs. En este punto es precisamente donde han empezado a aparecer las opiniones de nombres destacados arrojando su visión sobre el asunto. El debate se ha vuelto mediático cuando han entrado en él Jack Dorsey, Fundador de Twitter y CEO de la empresa de pagos Block (antes Square). «No sois dueños de la Web3», tuiteaba esta semana Dorsey, en referencia a que las empresas de capital riesgo ya se han inmiscuido en el negocio. «Es una entidad centralizada con una etiqueta diferente», ha expresado con escepticismo. Su posicionamiento ha provocado miles de respuestas: mientras que algunos le dan la razón, un aluvión de defensores de la Web3 a salido a comentar que Dorsey está «totalmente equivocado». Entre las reacciones se encuentra además la del nunca ajeno a una discusión en Twitter: el CEO de Tesla, Elon Musk, ha recurrido a la ironía para lanzar la pregunta de si alguien ha visto alguna vez la Web3; a lo que Dorsey ha contestado que «está en algún lugar entre la a y la z», insinuando que está bajo el control de la empresa de capital riesgo fundada por Marc Andreessen y Ben Horowitz llamada precisamente Andreessen Horowitz. Previamente a este debate, Elon Musk ya había compartido un vídeo de de TikTok que muestra al presentador David Letterman cuestionando en 1995 al propio Bill Gates por su idea sobre el futuro de Internet. La intención no es otra que la de evidenciar lo lejanos que se antojan aún los límites del Metaverso. Ante las respuestas de sus seguidores, Musk ha aclarado en relación a la Web3: «No estoy sugiriendo que la Web3 sea real, parece más una palabra de moda de marketing que una realidad. Solo me pregunto cómo será el futuro dentro de 10, 20 ó 30 años. El 2051 suena muy futurista». Por su parte, Jack Dorsey ha ampliado su visión respecto a este tema explicando que, para él, el problema son las empresas de capital riesgo y ha retuiteado un meme que representa cómo este tipo de empresas se enriquecen con la Web3. Como contexto, la voluntad de descentralizar Internet llega cuando ya existe un impulso para descentralizar las finanzas (DeFi), liderado por los empresarios de las criptomonedas y los aficionados al Bitcoin y al Ethereum. Y un movimiento similar se está produciendo en la industria energética. Tras un sistema en el que la energía es generada por unas pocas empresas y luego vendida a los consumidores, ahora algunas personas están tomando el control de sus propias necesidades energéticas. Para que la Web3 se convierta en un sistema financiero de propósito general o en un sistema general de confianza descentralizada, necesitaría desarrollar interfaces sólidas con el mundo real, los sistemas legales y la economía operativa. Las criptomonedas, por el momento, son adecuadas para activos solo digitales que pueden valorarse y usarse en un mundo autónomo, como un juego de ordenador o el metaverso. También se están abriendo oportunidades en el mercado del arte digital y en los deportes, pero estaríamos lejos del nacimiento de un sistema económico completamente nuevo. Tal y como escribía recientemente el autor Matt Stoller, “la Web3 es un montón de mierda. El sistema económico actual está plagado de fraudes y manipulación. Necesitamos un nuevo sistema económico”. Enlace a la fuente original
El término Web 3.0 fue utilizado en 2006 por Tim Berners-Lee , el creador de la World Wide Web, como una mirada hacia la próxima etapa de Internet más allá de la Web 2.0. Pensó que la «Web Semántica» iba a ser fundamental para esa evolución, pero no resultó ser así. Ahora se argumenta que la próxima generación de la web se basará en criptografía. En este sentido la Web3, como la definimos hoy, fue presentada en 2014 por Gavin Wood, uno de los co-creadores de Ethereum. La definición compacta de Wood de la Web3, como expresó en una entrevista reciente de Wired, es simple: «Menos confianza, más verdad». Pero la Web3 todavía es un concepto abstracto y difuso, si bien es cierto que ya está en boca de muchos usuarios puesto que viene a representar una versión descentralizada de Internet basada en el blockchain, la tecnología que está detrás de las principales criptomonedas y NFTs. En este punto es precisamente donde han empezado a aparecer las opiniones de nombres destacados arrojando su visión sobre el asunto. El debate se ha vuelto mediático cuando han entrado en él Jack Dorsey, Fundador de Twitter y CEO de la empresa de pagos Block (antes Square). «No sois dueños de la Web3», tuiteaba esta semana Dorsey, en referencia a que las empresas de capital riesgo ya se han inmiscuido en el negocio. «Es una entidad centralizada con una etiqueta diferente», ha expresado con escepticismo. Su posicionamiento ha provocado miles de respuestas: mientras que algunos le dan la razón, un aluvión de defensores de la Web3 a salido a comentar que Dorsey está «totalmente equivocado». Entre las reacciones se encuentra además la del nunca ajeno a una discusión en Twitter: el CEO de Tesla, Elon Musk, ha recurrido a la ironía para lanzar la pregunta de si alguien ha visto alguna vez la Web3; a lo que Dorsey ha contestado que «está en algún lugar entre la a y la z», insinuando que está bajo el control de la empresa de capital riesgo fundada por Marc Andreessen y Ben Horowitz llamada precisamente Andreessen Horowitz. Previamente a este debate, Elon Musk ya había compartido un vídeo de de TikTok que muestra al presentador David Letterman cuestionando en 1995 al propio Bill Gates por su idea sobre el futuro de Internet. La intención no es otra que la de evidenciar lo lejanos que se antojan aún los límites del Metaverso. Ante las respuestas de sus seguidores, Musk ha aclarado en relación a la Web3: «No estoy sugiriendo que la Web3 sea real, parece más una palabra de moda de marketing que una realidad. Solo me pregunto cómo será el futuro dentro de 10, 20 ó 30 años. El 2051 suena muy futurista». Por su parte, Jack Dorsey ha ampliado su visión respecto a este tema explicando que, para él, el problema son las empresas de capital riesgo y ha retuiteado un meme que representa cómo este tipo de empresas se enriquecen con la Web3. Como contexto, la voluntad de descentralizar Internet llega cuando ya existe un impulso para descentralizar las finanzas (DeFi), liderado por los empresarios de las criptomonedas y los aficionados al Bitcoin y al Ethereum. Y un movimiento similar se está produciendo en la industria energética. Tras un sistema en el que la energía es generada por unas pocas empresas y luego vendida a los consumidores, ahora algunas personas están tomando el control de sus propias necesidades energéticas. Para que la Web3 se convierta en un sistema financiero de propósito general o en un sistema general de confianza descentralizada, necesitaría desarrollar interfaces sólidas con el mundo real, los sistemas legales y la economía operativa. Las criptomonedas, por el momento, son adecuadas para activos solo digitales que pueden valorarse y usarse en un mundo autónomo, como un juego de ordenador o el metaverso. También se están abriendo oportunidades en el mercado del arte digital y en los deportes, pero estaríamos lejos del nacimiento de un sistema económico completamente nuevo. Tal y como escribía recientemente el autor Matt Stoller, “la Web3 es un montón de mierda. El sistema económico actual está plagado de fraudes y manipulación. Necesitamos un nuevo sistema económico”. Enlace a la fuente original