por José Luis Orihuela, profesor universitario, conferenciante y autor

¿Cómo recuperar la experiencia de usuario que teníamos en internet antes de que fuera colonizado por las plataformas comerciales?

 

Las redes sociales transformaron el mundo digital abriendo cauces inéditos de participación personal y colaboración comunitaria. Pero, la entrega de nuestros datos y la exposición de nuestra privacidad fueron el precio que pagamos por obtener servicios gratuitos en unas aplicaciones que, junto a los móviles, se volvieron endémicas convirtiéndose en prótesis tecnológicas de la vida social.

 

Pronto, la competencia entre plataformas, más allá de sus funciones diferenciales, se concentró en retener a los usuarios el mayor tiempo posible dentro de los jardines vallados de sus propietarios. Las redes secuestraron nuestra atención y se volvieron adictivas.

 

Los algoritmos fueron la salsa secreta de cada competidor para exprimir los datos de los usuarios y transformarlos en contenidos apetecibles, que no podían parar de consumir. Finalmente, ese tiempo capturado de una audiencias cada vez más cautivas y mejor perfiladas se reveló como una mina de oro digital a la que se explota sin pausa ni piedad.

 

Algunos episodios especialmente escandalosos, desde las revelaciones de Snowden hasta la actual gestión de X, pasando por los casos de Cambridge Analytica y los Papeles de Facebook, fueron despertando la conciencia crítica de muchos usuarios que no querían seguir formando parte de un juego que se había vuelto perverso, pero tampoco se resignaban a abandonar internet.

 

La Wikipedia se alzaba como el gran baluarte de un modelo de red que había escapado a la colonización, mostrando la vigencia de los valores que animaban a las comunidades de software libre y de los protocolos abiertos. Mastodon, como cabeza de playa del Fediverso es, al mismo tiempo, la demostración palmaria de que otro modelo de red es posible y la constatación de que la mayoría de los usuarios no escogen sus canales por sus características técnicas o por la filosofía que les anima, sino de forma gregaria, a partir de las decisiones de su círculo de influencia. Eso explica el crecimiento de Bluesky en el último trimestre de 2024, cuando Mastodon hubiera sido el destino más lógico de los emigrantes de X.

 

La crisis de las redes sociales es también la crisis del diseño de experiencias de usuario basadas en la intermediación algorítmica, y nos devuelve a los modelos de comunicación en red que saltan los algoritmos y reconectan a los creadores de contenido con sus usuarios: las fuentes RSS, los blogs, las newsletters, los pódcast y las plataformas abiertas y federadas.

 

Larga vida a las redes libres o, como se dice ahora, Free Our Feeds.